Clara Soler

Hace aproximadamente un año, en uno de tantos  “momentos bajón de emprendedor” un amigo me regaló un libro para ver si conseguía animarme y me desapareciera la idea de abandonarlo todo.

Él siempre me repetía lo mismo: Clari, tienes que ser bambú.

No le entendía.

Se llama Vicente, Coleto para los amigos,  es compositor y músico de profesión. Ha tocado en la Joven Orquesta Nacional de España, en la Orquestra Simfònica del Vallès, Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya, “Kibutz” de Israel, Orquesta Nacional de España, la Orquestra Simfònica d´Alacant, Orquesta Ciudad de Granada, Orquesta Filharmonia de Galicia, en la Sinfonica de Navarra, la del Teatre Lliure, y ha tocado entre otros sitios en el Auditorio Nacional de España, Palau de la Música Catalana, Royal Albert Hall de Londres, Carnegie hall de Nueva York… En definitiva, una persona que empezó en el mundo de la música con tan solo 5 años y con 36 es conocido internacionalmente.

La historia del bambú la rescaté hace unas semanas cuando, en un mes que estaba siendo difícil en muchos aspectos, tuve uno de esos “momento bajón de emprendedor”. La historia del bambú, no apta para impacientes, dice así:

Cuando sembramos una semilla de bambú japonés, hay que regarla y abonarla constantemente aunque no suceda nada durante los primeros dias. No sucede nada, aparentemente.

Tendremos que cuidarla, regalarla, mimarla y tener paciencia ya que no aparecerá nada en muchos meses, que digo meses, años, para ser exactos… 7 años!!!! Y al llegar el séptimo año, en sólo un periodo de 6 semanas, aquella semilla de bambú crecerá hasta 30 metros. Si, lo que habéis leído, 7 años, 6 semanas, 30 metros!!!

Durante estos años de aparente inactividad el bambú genera un complejo sistema de raíces que le permite sostenerse para crecer fuerte en pocas semanas. Siete años para crecer y seis semanas para desarrollarse.

Gracias a esa base de raíces, el bambú podrá soportar no solo un crecimiento rápido, sino aguantar ante viento, lluvia, tormenta y todo tipo de adversidades.

Pasa lo mismo en nuestra vida diaria. Queremos encontrar  soluciones rápidas a las cosas cuando la mayoría de las veces solo hay que esperar porque se solucionan solas, queremos conseguir el éxito en los negocios en tan solo unos meses cuando el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y  requiere tiempo.

Somos la generación del “quiero eso y lo quiero ya”. Y estamos muy equivocados.

La mayoría de nosotros aspiramos a resultados a corto plazo y al no conseguirlos, abandonamos (como cuando de niños empezamos a tocar un instrumento, no vimos resultados y lo dejamos…? Ahora la música de Coleto se oye en todas partes)

En muchas ocasiones creemos que estamos en una situación que no avanza, en la que no sucede nada y nos hundimos porque no vemos el resultado esperado. Pero en realidad estamos creciendo y madurando, y si abandonamos no llegaremos a la meta. Solo aquellos que luchan y saben esperar de forma perseverante alcanzaran el éxito.

Este proceso nos exige cambios, mucha acción, estar bien con uno mismo, dedicación, fuerza, apoyo, tiempo, pero sobretodo, paciencia.

Por eso solo puedo decir… Be bambú my friend! 😉

(La foto es mía de instagram #BeBambú)

Libro: La Brújula Interior de Alex Rovira.

14 Responses

  1. Muy bueno el post Clara, todos sabemos que es así, pero ser Bambú es tan duro uffff, venga pues pensemos con optimismo, ya nos queda menos para los 7 años 🙂
    Un abrazo

    1. Hola Empar!! Quien dice 7 dice….5 no? jejeje Tu llevas mucho más camino recorrido que yo, eres un buen ejemplo a seguir 😉 Bsts

  2. Hola Clara,

    Haces bien en seguir perseverando. A pesar de los vaivenes, nosotros seguimos haciendo crecer nuestras raíces. Eso nos hace fuertes y flexibles.

    Tenemos pendiente aún una comida, que estando tan cerca no llegamos a cerrar.

    Un fuerte abrazo, campeona 🙂

    1. Hola!! Me gusta lo de “fuertes y flexibles”… parece que sea una contradicción, verdad? 😉 pero no….
      Tienes razón, tenemos una reunión pendiente. Estoy mucho por Alicante así que cuando puedas nos tomamos algo. Feliz verano!! 😀

  3. Hola Clara, no nos conocemos, pero gracias a Francisco Páez, he podido leer tu post. Cierto como la vida misma, los éxitos de verdad llegan así, y no olvidemos que el éxito significa muchas cosas maravillosas no necesariamente dinero.

    Tu frase: “Solo aquellos que luchan y saben esperar de forma perseverante alcanzaran el éxito.” Para mí es en si solo un gran lema para vivir.
    Yo le añadiría el: “no te rindas jamás” que no significa, no cambiar el rumbo.

    Te deseo mucho éxito, ya que solo observando tu pasión ya eres una Clara, como tu nombre candidata a ello.

    Gracias por compartir tus inquietudes.

    Sobre este tema también reflexione yo en: EL ALMA DE PETER PAN; y Las Personas que Alcanzan sus Metas. Te dejo el enlace por si te apetece leerlo.

    http://elblogdejosepascualniguezponce.wordpress.com/2011/09/13/el-alma-de-peter-pan-y-las-personas-que-alcanzan-sus-metas/

    Un saludo.

    1. Hola José!! Antes de nada gracias por tus palabras, el “note rindas jamás” es difícil de llevar, pero creo que si se puede conseguir.
      He leido tu post y creo que cumplo los 10 puntos!!! jajajajajja (ah, y ahora que no nos “oye” nadie, siempre llevo una bolsita de polvos de hada en el bolsillo, pero shhhhh)
      😀

  4. Me ha gustado mucho tu post. Y aunque la paciencia y la perseverancia con claves, creo que la flexibilidad es el punto más importante. En vez de ser bambú, ¿no deberíamos ser agua? que se amolda y hacer crecer al bambú.
    Os recomiendo el libro: “El Arte de la Guerra”

    1. Gracias Julián por tus palabras!! Me gusta eso de ser Agua. Be water my friend..jajjajajaja El agua da vida!!
      El Arte de La guerra es uno de mis libros favoritos. En algun post he escrito sobre él o he utilizado alguna frase. Es genial!

  5. Lo que comentas de ser bambú es realmente cierto, la perseverancia, el enfoque la gente lo pierde fácilmente porque le falta enteresa, decisión y ante cualquier dificultad se detiene. Hay que trabajar mucho, muchísimo pero hacerlo bien, sembrando en cada negocio que hagas, porque el trabajo bien hecho se cosechará con el tiempo. Lo mejor de todo es la satisfacción personal que se siente cuando tu cliente queda satisfecho por la atención y el servicio prestado cuando ha sido oportuno y que verdaderamente le solucionas su necesidad. Luego el éxito vendrá después.

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